La energía o
fuerza vital (Prana, o Chi) es el
elemento esencial e imprescindible para que el ser humano afronte los desafíos
inherentes a su propia supervivencia.
“Esta energía es tan
esencial para nuestra vida y bienestar como el alimento y el aire. Sin esta
fuerza no podríamos sobrevivir. Y así como el cuerpo físico está en estado de
cambio constante, con sus células en un eterno ciclo de degeneración y
regeneración, también nuestro cuerpo etérico está en constante movimiento”.(1)
Según los principios de la naturaleza existen tres energías: Yang, de carácter positivo (+) masculino; Yin, de carácter negativo (-) femenino; y una energía de carácter intermedio. En cada zona de nuestro cuerpo incluyendo los órganos predomina una de estas energías.
Según los principios de la naturaleza existen tres energías: Yang, de carácter positivo (+) masculino; Yin, de carácter negativo (-) femenino; y una energía de carácter intermedio. En cada zona de nuestro cuerpo incluyendo los órganos predomina una de estas energías.
Cuando
en algún momento de nuestra vida el arraigo natural a nuestra existencia se ve
alterado o amenazado ese elemento innato se activa y pone en alerta nuestro
sistema inmunitario. No solo actúa a nivel psicosomático, sino que también lo hace en el plano emocional.
“La energía se desgasta cuando uno se halla en
conflicto (…). Pero cuando se comprende todo el proceso del conflicto, éste
llega a su fin y hay abundancia de energía”. (2)
El
ser humano en su camino evolutivo ha ido encontrando los remedios necesarios
para la cura de males y enfermedades de la misma naturaleza de donde procede.
Ese vínculo es permanente. Desde la naturopatía
hasta la biomedicina y genética molecular.
En
su desarrollo ha ido creando técnicas
que le han facilitado el camino para afrontar dolencias y patologías que nos
afectan en alguna etapa de nuestra vida. Los efectos preventivos en la práctica
de esas técnicas con respecto a los
distintos sistemas y aparatos corporales están más que probados.
Por
lo tanto, están indicados para tratar patologías del sistema osteomuscular (artrosis, artritis, osteoporosis,
enfermedades degenerativas y desmielinizantes, etc.); del aparato respiratorio (tanto
restrictivas como obstructivas -asma, enfisema pulmonar, broncopatías, etc.); y
del aparato digestivo (patología
hepática y biliar, colitis ulcerosa, enfermedad inflamatoria intestinal, etc.).
Los sistemas circulatorio (mejorando
la función cardiaca) renal y nervioso (por el que ejerce efecto de las ramas motoras y
sensitivas de los nervios y sus estructuras). Y en general para tratar
patologías que por efecto de regulación hormonal de las glándulas de secreción
interna (tiroides, suprarrenales, sexuales…) influyen en el sistema inmunitario
del organismo.
Las
técnicas
terapéuticas que en mayor o menor medida han demostrado su eficacia al
tratar los planos físico, emocional, mental y espiritual en la persona son:
- TÉCNICAS PSICOFÍSICAS Y DE RELAJACIÓN:
- Yoga, Chi Kung-Tai Chi y Meditación.
- Métodos de conciencia corporal y sensorial: <<Las gimnasias suaves; <<La antigimnasia>>, <<Autoconsciencia por el movimiento>>, E.C.M. (Estiramientos de Cadenas Musculares).
- Otras técnicas corporales: Natación y Pilates Adaptado/Terapéutico.
- TÉCNICAS DE APOYO PSICOFÍSICO Y MOVILIZACIÓN DE ENERGÍAS POR EL SISTEMA SENSORIAL:
- Digitopresión, Aromaterapia, Hidroterapia, Moxibustión, Bioenergética. Y técnicas orientales como la Acupuntura, Shiatsu. etc.
- TÉCNICAS DE SANACIÓN PSICOESPIRITUAL:
- Desde el Reiki hasta los Yogas más Kármicos (acción desinteresada) y Bhatticos (devotos ).
Todas
estas técnicas desde las psicofísicas y
relajación hasta las de sanación
psicoespiritual contribuyen al restablecimiento de la salud de la persona
en estado convaleciente y en la etapa post-enfermedad.
La
técnica apropiada para afrontar la
rehabilitación dependerá del tipo y grado de afectación que se padezca. No
todas influyen de igual manera en la sanación del paciente, pues algunas pueden
llegar a ser perjudiciales.
Este
estudio se fundamenta en el desarrollo de algunas técnicas psicofísicas y de
relajación (yoga, E.C.M. y tai chi), sus efectos terapéuticos
–beneficios y contraindicaciones-, y su dimensión en la rehabilitación tanto
del plano físico como emocional.
En
primer lugar, destacar que la aplicación terapéutica del yoga en la
recuperación del paciente ha demostrado ser incontestable.
Victor
M. Flores en su Método de << Yoga y Rehabilitación >>
nos dice:
“El yoga es una
herramienta muy poderosa y además rápida en la mejoría tanto física y mental
del practicante, y ante los fracasos en muchos casos de la medicina
convencional, algunos han creido ver que en esta última se ha sustentado en
base a los fármacos. Y efectivamente en gran medida así es. El progreso médico,
ampliamente demostrado si se observa la longevidad de los habitantes de la
cornisa occidental del mundo, es obvio a que ha llegado a estas cimas de éxito
gracias a la investigación y desarrollo de antídotos, vacunas y otros tipos de
compuestos de laboratorio …”
“La aparición de
medicinas alternativas al margen de la medicina convencional ha puesto en jaque
al sistema sanitario debido a que estas primeras carecen de una efectividad
probada en un número de sujetos válido. Es decir, no hay una evidencia
científica de su eficacia. Eso no quiere decir que no lo sean sino que la
comunidad científica no puede darle una validez.
El Yoga como terapia
complementaria, puede mejorar, complementar. Es un instrumento más en la
ampliación de los recursos para proporcionar cuidados, tanto en los hospitales,
como en los Centros de Salud…”
“Centros como el
Memorial Sloan-Kethering incluye clases de yoga dentro de los cuidados
paliativos que ofrecen a los pacientes diagnosticados de cáncer por la
capacidad que tiene para mermar la depresión.
La óncóloga Suzanne
Danhahuer de la Escuela de Medicina de la universidad Wale Forest, en Carolina
del Norte estudió a 307 pacientes de cáncer de mama que habían experimentado
problemas de sueño. Asistieron a sesiones de yoga de 75 minutos dos días por
semana durante un mes.
Al final de la
observación el 31% de los pacientes que había hecho yoga habían regulado su
sueño y rebajaron su consumo de relajantes un 20% menos que un grupo de control
que no se sometió a la práctica del yoga.
… Al tratarse de
ejercicios físicos es oportuno reseñar que no todas las asanas de yoga ni su
cinética respiratoria tiene que ser necesariamente beneficiosas. Algunas
incluso, pueden agravar el malestar o la misma enfermedad.”
Este
Método, el autor, hace un estudio que aborda las posturas más beneficiosas para
un abanico de disfunciones que van desde la restauración física postparto al
cáncer de mama.
La
aplicación de este estudio fue promovido por CETSIMAR y puesto en práctica en
el Hospital Virgen de la Macarena de
Sevilla, Mayo-Junio de 2011.
El
objetivo principal fue comprender la interacción entre el paciente y el
profesional como uno de los elementos esenciales de la calidad asistencial. La
incorporación de las terapias naturales y complementarias, en el fomento de la
promoción de la salud y la prevención de enfermedades como parte integrante de
los cuidados y de la atención, como vía que permita avanzar en la humanización
de la asistencia, y ayudar a hacer de los centros sanitarios espacios de vida.
Por
otro lado, en estas páginas no solo abordo la rehabilitación desde el punto de
vista del yoga sino que me adentro en otras técnicas que caminan paralelas a
éste. Necesitaría hacer un estudio más amplio y complejo que abarcara la
enfermedad con profundidad y las técnicas a emplear en cada caso (no todos
respondemos igual ante una misma dolencia, pues todos somos diferentes).
BIBLIOGRAFIA Y FUENTES:
(1) Brenda Davies. Dra. En medicina y médico psiquiatra. <Los siete pasos de la autocuración y el crecimiento personal>. Ed. Arkano Books.
(2) Krishnamurti. Filósofo y maestro espiritual. <El libro de la vida>. Ed. Edaf.
José
Manuel Blanco Martín.
Técnico en Pilates y Biomecánica.
Monitor de E.C.M. y Tai Chi.
Especialista en técnicas psicofísicas
terapéuticas del Yoga aplicadas a la rehabilitación.
www.Blogspost. Habilitatusalud.
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