El Yoga es
una experiencia personal, una filosofía de la vitalista y holística que demanda
la total participación del individuo, tanto en sus procesos de sanación como en
su búsqueda de respuestas a las inquietudes de la vida.
No podemos
decir que se trate de una medicina, aunque sus ejercicios sean una poderosa
herramienta de reconstrucción anatómica y anímica.
El Yoga
aumenta la autoestima rápidamente, llena de optimismo al practicante y quien lo
emplea de forma terapéutica le ayuda a convertirse en un paciente activo y no
pasivo. También ofrece un mensaje de esperanza. Insistimos en el carácter
holístico del Yoga: al mejorar la postura física, mejoramos la respiración. Al
mejorar la respiración, mejoramos el control mental. Se va tejiendo una red que
transciende del individuo encontrando así las relaciones que van desde lo más
íntimo a lo interrelacional.
La terapia
del Yoga, además, es personal, pues lo que sirve para un cuerpo no es
necesariamente válido para otro.
Naturalmente,
el Yoga no es una panacea del mismo modo que la medicina no es perfecta. Los
efectos del Yoga aumentan con el tiempo, mientras que los de la medicina
convencional se van reduciendo creando dependencias tanto físicas como
mentales. Sólo hace falta un par de metros de suelo descubierto.
El Yoga no
evita el dolor pero si el sufrimiento: el paciente deja de tener la sensación
de ser un enfermo.
Unir en
algunos aspectos la ciencia del Yoga con la rehabilitación prescrita por la
medicina es un gran acierto al ser un complemento de lo más eficaz. Es una
herramienta en la que el paciente posee un control directo.
En referencia
a la biomedicinas, la profesora Julia López Ruiz en “Instrumentos
complementarios de los cuidados enfermeros: toma de posición Enfermería
Clínica” (2003) estableció una características generales que pueden equiparse a
las que ofrece el Yoga:
💧 La
intervención es poco agresiva.
💧 Utiliza
un medio natural (ejercicio físico y mental).
💧 El
terapeuta actúa como mediador.
💧 El
protagonista es la propia naturaleza del paciente, ya que el procedimiento
intenta que la persona recupere la armonía consigo mismo y con su entorno.
Es importante
resaltar la observación continua de los ejercicios, pues las prácticas físicas
pueden ocasionar lesiones de cuello, desgarros en los isquiotibiales o
distensión en las articulaciones sacro ilíacas. Al fin y al cabo el yoga nació
como hijo directo de la observación.
Muchos
desequilibrios psíquicos conducen a enfermedades. La medicina sólo puede
ocuparse de esta, no de la relación de los individuos con su éxito social, por
ejemplo. Por otro lado, el enfermo se siente un objeto, alguien con quien otro,
más poderoso, puede experimentar.
Hoy en día la
medicina tradicional tiene una asignatura pendiente: humanizarse….
La
involucración del paciente en su convalecencia y sanación permite hacerle al
paciente dueño de su potencial más allá de la regulación hormonal o química que
le facilita el tratamiento médico. Es decir, el paciente descubre que si tiene
una capacidad para enfermar, también la tiene para sanarse.
No ser capaz
de adaptarse al estrés supone sufrirlo. Y el estrés viene acompañado no sólo de
cambios de humor, irascibilidad o ansiedad. Sino que puede venir acompañado de
enfermedades coronarias, dermatitis y caída del sistema inmunológico. De hecho
la exposición continuada a situaciones de estrés llega a producir atrofia
dentrítica en nuestras neuronas.
El Yoga ha
demostrado ampliamente su eficacia en afecciones como la artritis, artrosis, asma,
cáncer, diabetes, enfermedades mentales y lesiones deportivas, etc.
Debido
al esquema de trabajo del hatha yoga (laterizaciones, posturas invertidas,
flexiones, extensiones de columna y giros axiales) y su indicación en
afectaciones del sistema muscular y óseo de la espalda, aumentando su vitalidad
y fortaleza, el Yoga se convierte en la herramienta más eficaz para la rápida
rehabilitación de las distintas patologías y disfunciones que se padecen.
BIbliografía: Método M. Flores “Yoga y Rehabilitación”.
Técnicas psicofísicas para la rehabilitación del paciente.
José Manuel Blanco Martín. Monitor de Pilates y E.C.M. (Estiramientos de Cadenas Musculares).
Especializado en técnicas psicofísicas del Yoga aplicadas a la rehabilitación del paciente. Acreditado por la Junta de Andalucía con Certificado de Profesionalidad como <<Instructor de Yoga>>